
Cerramos la puerta, unimos nuestras bocas,
y el tiempo se volvió como invisible.
Se hacían cenizas mis pezones,
al ritmo que los sorbías con la boca,
corrían tantas gotas por tu cuerpo,
que quise beberlas todas a un tiempo.
Y así como dos fieras en celo,
sucumbimos a los pecados terrenales,
nos dimos cuenta que era el medio día,
y que aún no sabíamos de nuestros nombres
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